En las pequeñas ciudades o pueblos del interior bonaerense como Pirán, estas instituciones se destacaron por contar con sedes propias, e incluso teatros, coros o cine. Se reunían para la celebración de fechas patrias, utilizaban simbología nacional de su país de origen, y tenían en general una activa vida social y cultural. Fruto del aporte de sus asociados y de la recaudación de los eventos que realizaban, el 25 de marzo de 1909, concretaron el sueño de contar con su propia sede social, una obra que sin dudas perdura hasta nuestros días.

El trabajo de puesta en valor de este edificio comenzó varios años antes de 2019, atravesando distintas etapas y dos gestiones municipales que coincidieron en el objetivo de erigir este Centro Cultural. Al momento de su inauguración, las autoridades municipales, mediante aprobación del legislativo local, decidieron imponerle el nombre “Eduardo C. Viglietti”, en homenaje a uno de los máximos referentes de la cultura local.

“El Negro Viglietti”, como lo llamaba su gente, no fue sólo un poeta, sino un verdadero artista del relato criollo, que supo combinar a través de su creatividad, las cosas simples con ideas profundas, abordando infinidad de temas, especialmente aquellos enfocados en el amor a las tradiciones de su país y su tierra. Durante toda su vida, escribió más de treinta libros (entre obras publicadas y sin editar) y recibió múltiples galardones, además de ganarse el cariño de su gente.